El sufrimiento psicológico: derivaciones
Este artículo te ofrece una explicación clara, útil y aplicable, tanto si trabajas en clínica como si estudias psicología o quieres profundizar en el comportamiento humano.
Steven C. Hayes, creador de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) y autor del libro Sal de tu mente, entra en tu vida, nos da una respuesta que puede parecer contraintuitiva: el problema no es la ansiedad, sino la lucha contra ella.
El intento de control: una trampa mental
Nuestro cerebro está diseñado para resolver problemas. Si algo nos duele o nos incomoda, buscamos eliminarlo. Esa estrategia funciona con el mundo físico (si una llama quema, apartamos la mano), pero fracasa cuando la aplicamos al mundo interno.
Intentar suprimir pensamientos o emociones no solo no funciona: los amplifica.
Cuando te dices “no quiero sentir ansiedad”, lo que realmente estás haciendo es observarte constantemente para comprobar si ya ha desaparecido. Y cada comprobación refuerza la presencia de la ansiedad.
Este mecanismo se conoce como evitación experiencial, y es uno de los núcleos del sufrimiento psicológico.
Cuanto más empujas, más crece
Imagina que estás en una piscina, intentando mantener una pelota bajo el agua. Puedes hacerlo un rato, pero requiere esfuerzo, atención y tensión muscular. En el momento en que te relajas, la pelota sale disparada a la superficie.
Con las emociones ocurre lo mismo. Cuanto más intentas mantenerlas bajo control, más energía mental gastas y más intensas acaban siendo.
El libro de Hayes nos invita a dejar de pelear con la experiencia interna y aprender a relacionarnos de otra manera con ella: con apertura, curiosidad y compasión.
Aceptar no es rendirse
Aceptar la ansiedad no significa resignarse ni permitir que te domine.
Significa darle espacio para que esté presente sin dejar que dirija tus acciones.
Desde ACT, la ansiedad puede estar ahí, pero tú puedes seguir moviéndote en dirección a lo que valoras: tus relaciones, tu bienestar, tus proyectos.
El objetivo no es eliminar el malestar, sino reducir su impacto sobre tu conducta.
Como diría Hayes: “El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”.
La propuesta de ACT es sencilla y radical:
Cuando la ansiedad deja de ser un enemigo, se convierte en una señal de que estás viviendo algo significativo.
Solo quien se atreve a avanzar, pese al miedo, realmente entra en la vida.
Este artículo te ofrece una explicación clara, útil y aplicable, tanto si trabajas en clínica como si estudias psicología o quieres profundizar en el comportamiento humano.
En consulta es muy habitual escuchar peticiones como: “Quiero dejar de pensar en esto” o “Necesito eliminar estos pensamientos negativos”. Es lógico: cuando una idea nos hace daño o nos preocupa, nuestra primera reacción es intentar expulsarla de la mente.
Todos hemos intentado alguna vez “calmar la mente”, “controlar los pensamientos” o “dejar de sentir ansiedad”. Y, sin embargo, cuanto más lo intentamos, más atrapados nos sentimos.
¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué, cuando más queremos que desaparezca la ansiedad, más fuerte parece hacerse?
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