El sufrimiento psicológico: derivaciones
Este artículo te ofrece una explicación clara, útil y aplicable, tanto si trabajas en clínica como si estudias psicología o quieres profundizar en el comportamiento humano.
Desde el Análisis Funcional de la Conducta (AFC), la preocupación se mantiene porque actúa como una conducta de evitación. Es decir, aunque a corto plazo parece aliviar la ansiedad, en realidad refuerza el problema.
¿Cómo se mantiene el ciclo de la preocupación?
Podemos explicarlo con el modelo ABC (Antecedente – Conducta – Consecuencia):
El problema: Cada vez que te preocupas y evitas el malestar, tu cerebro aprende que la preocupación es «útil», lo que hace que la próxima vez te preocupes aún más.
Ejemplo práctico:
Juan tiene miedo de cometer errores en el trabajo. Antes de enviar un email, lo revisa repetidamente. Su ansiedad baja por un momento, pero la próxima vez necesitará revisar aún más para sentir seguridad. Así la preocupación se convierte en una trampa.
Problemas asociados a la preocupación excesiva
Cuando este patrón de pensamiento se vuelve crónico, puede derivar en problemas más serios, como:
Si te identificas con estos problemas, es importante aprender estrategias para salir del ciclo de la preocupación.
Cómo manejar la preocupación desde ACT
Desde la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), la clave no es eliminar la preocupación, sino cambiar nuestra relación con ella.
🔹 Defusión cognitiva: En lugar de creer ciegamente en el pensamiento “¿Y si…?”, podemos verlo como lo que es: solo un pensamiento, no una verdad absoluta. Ejemplo: “Estoy notando el pensamiento ‘¿Y si fallo?’, pero no tengo que actuar en base a él”.
🔹 Aceptar la incertidumbre: La vida nunca nos da certezas absolutas, pero eso no significa que debamos dejar de avanzar.
🔹 Actuar según nuestros valores: En lugar de dejar que la ansiedad decida, podemos preguntarnos: “¿Qué quiero hacer con esto?”. Si el miedo te dice que no hables en público, pero la comunicación es un valor importante para ti, elige actuar en función de lo que realmente importa, no de lo que el miedo dicta.
Los “¿Y si…?” pueden parecer útiles, pero muchas veces solo nos atrapan en un bucle de preocupación sin solución. Para salir de este ciclo:
✅ Observa cómo se mantiene tu preocupación.
✅ Deja de alimentar el patrón de evitación.
✅ Aprende a notar tus pensamientos sin dejar que te controlen.
✅ Da pasos pequeños, aunque la incertidumbre siga presente.
Reflexión final: ¿Cuántas decisiones has dejado de tomar por culpa de un «¿Y si…?»? Tal vez sea hora de actuar a pesar de la incertidumbre.
Este artículo te ofrece una explicación clara, útil y aplicable, tanto si trabajas en clínica como si estudias psicología o quieres profundizar en el comportamiento humano.
En consulta es muy habitual escuchar peticiones como: “Quiero dejar de pensar en esto” o “Necesito eliminar estos pensamientos negativos”. Es lógico: cuando una idea nos hace daño o nos preocupa, nuestra primera reacción es intentar expulsarla de la mente.
Todos hemos intentado alguna vez “calmar la mente”, “controlar los pensamientos” o “dejar de sentir ansiedad”. Y, sin embargo, cuanto más lo intentamos, más atrapados nos sentimos.
¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué, cuando más queremos que desaparezca la ansiedad, más fuerte parece hacerse?
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