El sufrimiento psicológico: derivaciones
Este artículo te ofrece una explicación clara, útil y aplicable, tanto si trabajas en clínica como si estudias psicología o quieres profundizar en el comportamiento humano.
La derivación de funciones es uno de los conceptos más potentes y menos explicados en la práctica psicológica. Procede del enfoque contextual-conductual y se apoya especialmente en la Teoría del Marco Relacional (RFT), base científica de ACT. Comprenderla permite interpretar mejor la conducta humana, explicar por qué un paciente reacciona con ansiedad ante estímulos inocuos o por qué un recuerdo puede generar el mismo malestar que la experiencia real.
En términos simples:
Un estímulo adquiere una función psicológica no por experiencia directa, sino por su relación con otros estímulos.
Es decir, algo puede provocar miedo, culpa, calma o deseo sin haberlo vivido directamente, sino por aprendizaje relacional.
No hace falta vivir un accidente para temer a la velocidad; basta con relacionarla con peligro.
No hace falta recibir rechazo para temer al juicio ajeno; basta con construir equivalencias verbales asociadas a fracaso, humillación o insuficiencia.
Si A = B y B = C, entonces A = C aunque nunca se enseñe directamente.
Ejemplo terapéutico:
“Error = fracaso”
“Fracaso = no soy suficiente”
→ Error deriva la función de “no soy suficiente”
El paciente no teme el error por el error mismo, sino por lo que significa dentro de su red relacional.
Un estímulo adquiere función según su ubicación relativa en un continuo.
Ejemplo:
“Yo soy menos exitoso que X”
“Ser menos = valer menos”
→ Compararse deriva la función de desvaloración
Aquí el daño no lo produce el hecho, sino el marco de comparación aprendido.
Si A se relaciona como opuesto de B, puede adquirir la función contraria.
Ejemplo:
“Felicidad vs. Tristeza”
“Control vs. Vulnerabilidad”
“Seguridad vs. Riesgo”
Un paciente puede rechazar la vulnerabilidad no porque sea peligrosa, sino porque ha derivado la función de riesgo como opuesta a control.
Porque explica malestar que no surge de experiencias directas, sino del lenguaje.
Y si el lenguaje puede crear sufrimiento, también puede transformarlo.
Beneficios clínicos:
✔ Permite comprender ansiedad sin trauma previo
✔ Explica evitación social sin experiencias reales de humillación
✔ Da sentido a culpa, vergüenza y autoexigencia crónica
✔ Facilita intervenir en creencias sin tener que eliminarlas
El objetivo no es borrar asociaciones, sino cambiar la relación con ellas desde flexibilidad psicológica.
No hubo bullying. Pero existe:
“Hablar en público = Exposición”
“Exposición = Riesgo de fallo”
“Fallo = Rechazo”
Reacción → ansiedad intensa al hablar
Aquí la emoción no es irracional, es coherente con el marco relacional.
La persona asocia:
“Estar solo = abandono”
“Abandono = dolor”
“Dolor = no soportable”
Entonces no busca pareja, busca analgesia psicológica.
La frase “si sonrío es que ya no le quiero” deriva:
Sonreír → traicionar
Cuidarme → olvidar
Avanzar → falta de amor
La intervención se vuelve valores + defusión + compasión, no eliminar dolor.
La derivación de funciones no es un tecnicismo: es la explicación detrás del sufrimiento humano y también de la posibilidad de transformación. No necesitamos vivirlo para sentirlo; el lenguaje lo hace real. Por eso en terapia trabajamos no para borrar pensamientos, sino para relacionarnos con ellos con más flexibilidad y propósito.
El dolor puede derivarse.
La libertad psicológica también.
Si quieres profundizar más:
https://contextualscience.org/que_es_act?
Este artículo te ofrece una explicación clara, útil y aplicable, tanto si trabajas en clínica como si estudias psicología o quieres profundizar en el comportamiento humano.
En consulta es muy habitual escuchar peticiones como: “Quiero dejar de pensar en esto” o “Necesito eliminar estos pensamientos negativos”. Es lógico: cuando una idea nos hace daño o nos preocupa, nuestra primera reacción es intentar expulsarla de la mente.
Todos hemos intentado alguna vez “calmar la mente”, “controlar los pensamientos” o “dejar de sentir ansiedad”. Y, sin embargo, cuanto más lo intentamos, más atrapados nos sentimos.
¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué, cuando más queremos que desaparezca la ansiedad, más fuerte parece hacerse?
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