El sufrimiento psicológico: derivaciones
Este artículo te ofrece una explicación clara, útil y aplicable, tanto si trabajas en clínica como si estudias psicología o quieres profundizar en el comportamiento humano.
No hablo de leyes escritas, sino de frases aprendidas que se quedan de fondo y guían cómo te miras: “debería poder con todo”, “si fallo, soy un fracaso”, “para gustar, no debo molestar”. No son buenas o malas por su forma, sino por su efecto real: ¿te acercan a lo que valoras o te meten en bucle?
Condicionan tu valor: “valgo si rindo/agrado” (me valoro por mi rendimiento).
Amplifican el error: de un fallo a una etiqueta global (generalizo los fallos y externalizo los aciertos).
Encogen tu vida: evitas retos, ayuda y límites (son un obstáculo para emprender acciones comprometidas).
1) Ponle nombre al guion.
“Mi mente dice: si no sale perfecto, no vale”. Al nombrarlo, lo observas (no te gobierna).
2) Pásalo a valor + acción pequeña.
De “debería ser mejor” a: “Valoro aprender. Hoy elijo enviar el borrador con dos mejoras”.
3) Evalúa con datos, no con impresiones.
Una semana después: ¿te acercó a tus valores (aprender, cuidarte, honestidad)? Si sí, repite; si no, ajusta la acción, no el látigo.
Del error al aprendizaje
Antes: “Si me equivoco, soy un fracaso”.
Ahora: “El error informa. Anoto 1 aprendizaje y corrijo 1 cosa”.
Del agradar a todos al respeto propio
Antes: “Tengo que caer bien”.
Ahora: “Valoro el respeto. Hablo claro y acepto no encajar con todos”.
Del perfeccionismo al progreso
Antes: “Hasta que esté perfecto, no lo muestro”.
Ahora: “Prefiero avanzar. Entrego versión 0.7 y mejoro con feedback”.
Trabajo: “Si pido ayuda, quedaré como un incompetente” → “Valoro eficacia. Si me atasco, pido revisión”.
Relaciones: “Si pongo límites, soy egoísta” → “Quiero vínculos sanos. ‘Ahora no puedo; te propongo el jueves’”.
La autoestima no crece con discursos, sino con coherencia silenciosa: pequeñas acciones alineadas con tus valores. Menos “debería”, más “elijo”. Empieza por una regla esta semana.
¿Sirven las afirmaciones positivas?
Sí, si van seguidas de conductas concretas. Solo repetir frases grandes sin actuar suele frustrar.
¿Y si la voz crítica vuelve?
Volverá. El cambio está en cómo respondes: la nombras, vuelves a tu guía y haces el siguiente paso pequeño.
Si necesitas ayuda para tener una visión más positiva de ti mism@, puedes ponerte en contacto conmigo
https://journals.copmadrid.org/clysa/archivos/articulo20180625075740.pdf
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Este artículo te ofrece una explicación clara, útil y aplicable, tanto si trabajas en clínica como si estudias psicología o quieres profundizar en el comportamiento humano.
En consulta es muy habitual escuchar peticiones como: “Quiero dejar de pensar en esto” o “Necesito eliminar estos pensamientos negativos”. Es lógico: cuando una idea nos hace daño o nos preocupa, nuestra primera reacción es intentar expulsarla de la mente.
Todos hemos intentado alguna vez “calmar la mente”, “controlar los pensamientos” o “dejar de sentir ansiedad”. Y, sin embargo, cuanto más lo intentamos, más atrapados nos sentimos.
¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué, cuando más queremos que desaparezca la ansiedad, más fuerte parece hacerse?
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