Los “Y si…?”: Cuando la preocupación se vuelve un problema
Las preocupaciones del tipo “¿Y si…?” son pensamientos anticipatorios que buscan prepararnos para el futuro. Sin embargo, cuando se vuelven excesivas, en lugar de ayudarnos, pueden atraparnos en un ciclo interminable de ansiedad. Si alguna vez te has preguntado:
  • “¿Y si me equivoco?”
  • “¿Y si algo malo pasa?”
  • “¿Y si no soy suficiente?”
Es posible que estés cayendo en un patrón de preocupación excesiva. Pero, ¿por qué ocurre esto y cómo podemos manejarlo de manera más saludable?
05/05/2025
Análisis funcional de la preocupación excesiva

Desde el Análisis Funcional de la Conducta (AFC), la preocupación se mantiene porque actúa como una conducta de evitación. Es decir, aunque a corto plazo parece aliviar la ansiedad, en realidad refuerza el problema.

¿Cómo se mantiene el ciclo de la preocupación?

Podemos explicarlo con el modelo ABC (Antecedente – Conducta – Consecuencia):

  • Antecedente: Pensamiento anticipatorio → “¿Y si fallo en mi presentación?”
  • Conducta: Buscar reaseguración, revisar todo 10 veces, evitar la situación.
  • Consecuencia: Alivio momentáneo de la ansiedad… pero refuerzo del ciclo.

El problema: Cada vez que te preocupas y evitas el malestar, tu cerebro aprende que la preocupación es «útil», lo que hace que la próxima vez te preocupes aún más.

Ejemplo práctico:
Juan tiene miedo de cometer errores en el trabajo. Antes de enviar un email, lo revisa repetidamente. Su ansiedad baja por un momento, pero la próxima vez necesitará revisar aún más para sentir seguridad. Así la preocupación se convierte en una trampa.

Problemas asociados a la preocupación excesiva

Cuando este patrón de pensamiento se vuelve crónico, puede derivar en problemas más serios, como:

  • Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG): Preocupaciones constantes sobre múltiples áreas de la vida.
  • Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC): Revisiones excesivas o rituales para calmar la ansiedad.
  • Procrastinación: Evitación de decisiones por miedo a equivocarse.
  • Insomnio: Dificultad para desconectar los pensamientos antes de dormir.
  • Problemas de concentración: Dificultad para enfocarse en el presente debido a la rumiación.

Si te identificas con estos problemas, es importante aprender estrategias para salir del ciclo de la preocupación.

Cómo manejar la preocupación desde ACT

Desde la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), la clave no es eliminar la preocupación, sino cambiar nuestra relación con ella.

🔹 Defusión cognitiva: En lugar de creer ciegamente en el pensamiento “¿Y si…?”, podemos verlo como lo que es: solo un pensamiento, no una verdad absoluta. Ejemplo: “Estoy notando el pensamiento ‘¿Y si fallo?’, pero no tengo que actuar en base a él”.

🔹 Aceptar la incertidumbre: La vida nunca nos da certezas absolutas, pero eso no significa que debamos dejar de avanzar.

🔹 Actuar según nuestros valores: En lugar de dejar que la ansiedad decida, podemos preguntarnos: “¿Qué quiero hacer con esto?”. Si el miedo te dice que no hables en público, pero la comunicación es un valor importante para ti, elige actuar en función de lo que realmente importa, no de lo que el miedo dicta.

Conclusión

Los “¿Y si…?” pueden parecer útiles, pero muchas veces solo nos atrapan en un bucle de preocupación sin solución. Para salir de este ciclo:

✅ Observa cómo se mantiene tu preocupación.
✅ Deja de alimentar el patrón de evitación.
✅ Aprende a notar tus pensamientos sin dejar que te controlen.
✅ Da pasos pequeños, aunque la incertidumbre siga presente.

Reflexión final: ¿Cuántas decisiones has dejado de tomar por culpa de un «¿Y si…?»? Tal vez sea hora de actuar a pesar de la incertidumbre.

Te podría interesar:

La Psicología puede ayudar en la prevención y manejo de la Hipertensión

La hipertensión arterial es una de las principales causas de enfermedades cardiovasculares en el mundo. A menudo se la conoce como el «asesino silencioso» porque puede pasar desapercibida durante años, dañando progresivamente órganos vitales sin presentar síntomas evidentes. Aunque generalmente se asocia con factores biológicos y genéticos, el estilo de vida y la salud mental juegan un papel crucial en su aparición y manejo. La psicología puede ofrecer herramientas eficaces para prevenir la hipertensión y reducir sus síntomas, ayudando a las personas a mejorar su bienestar cardiovascular.

Negligencia Emocional Infantil. Causas, consecuencias y tratamiento.

La Negligencia Emocional Infantil (NEI) es una forma de maltrato psicológico consistente en que los padres o cuidadores principales no responden adecuadamente a las necesidades emocionales del niño.

A diferencia del abuso físico o verbal, la negligencia emocional no implica necesariamente hacer algo explícitamente dañino; más bien implica la ausencia o carencia en ofrecer validación emocional, atención afectiva y guía emocional necesaria para el desarrollo saludable del niño.

  • Ejemplos claros de negligencia emocional:
    • Ignorar sistemáticamente las emociones del niño (p. ej., tristeza, miedo, ira).
    • No ofrecer consuelo ante situaciones difíciles o dolorosas.
    • Restar importancia constante a las emociones del niño (p.ej., “eso no es para tanto”).
    • No mostrar empatía, cariño o afecto en la interacción diaria.

Desde una perspectiva contextual (por ejemplo, Terapia de Aceptación y Compromiso, ACT), la negligencia emocional se entiende como una carencia de validación emocional, algo fundamental para que el niño aprenda a identificar, aceptar y gestionar sus emociones.

TDAH en adultos: Más que un problema de atención

Cuando pensamos en el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), solemos imaginar a un niño inquieto, distraído y con dificultades para seguir normas. Sin embargo, el TDAH no desaparece en la adultez, y muchas personas siguen experimentando dificultades que impactan su vida laboral, personal y emocional sin saber que tienen este trastorno.

Se estima que alrededor del 4-5% de los adultos tienen TDAH, pero una gran parte nunca ha sido diagnosticada. En la adultez, el trastorno no siempre se manifiesta con la hiperactividad evidente de la infancia, sino con problemas de organización, procrastinación, impulsividad, dificultades en la gestión del tiempo y desregulación emocional.

El TDAH en adultos no solo afecta la atención, sino que también puede estar relacionado con mayores tasas de ansiedad, depresión, conductas de riesgo e incluso una esperanza de vida menor. Por eso, comprenderlo y tratarlo adecuadamente es clave para mejorar la calidad de vida.

Descubre más en mis recursos:

asdasd

asdasd

Recurso privado 3

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit. In eget faucibus elit, nec cursus massa. Etiam aliquet fermentum felis in suscipit. Proin fringilla massa ac massa pellentesque blandit nec sed

Recurso publico 3

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit. In eget faucibus elit, nec cursus massa. Etiam aliquet fermentum felis in suscipit. Proin fringilla massa ac massa pellentesque blandit nec sed

Puedo ayudarte

Transtorno y duelo

Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar. Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Transtorno y duelo

Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar. Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Ir al contenido